Últimamente se habla mucho de motivación.
Que si hay que estar motivados, que si hay que motivar a la gente, que si la motivación es muy importante...
No te equivoques, no digo que no lo sea, de hecho yo soy una gran motivadora.
Me apasiona motivar a las personas y el que me conoce sabe que es verdad.
Pero la realidad es que la motivación externa dura poco.
Y la motivación interna, aunque que surte algún efecto más duradero, tampoco es muy constante porque se ve afectada por nuestro estado emocional.
En una ocasión, en un curso de desarrollo personal, escuché el ejemplo de una madre.
Cuando el bebé se despierta por la noche porque tiene hambre, ella no se levanta a alimentarlo porque se sienta motivada.
Lo hace porque está comprometida con su proceso de ser madre y con el resultado de criar a un hijo sano y amado.
Si realmente quieres cambiar algo en tu vida, es importante que te sientas con la suficiente motivación para empezar, pero el compromiso con eso que quieres lograr será lo que te empuje cada día a seguir adelante.
Por supuesto un compromiso sin disciplina, constancia ni perseverancia, no es un compromiso firme.
Y la mejor manera de lograr algo es en compañía, ya sea de otras personas que estén en tu mismo camino o de alguien que sepa ayudarte a continuar en él cuando aparecen obstáculos que, muchas veces, no son más que "la vocecita" diciéndote que no puedes, que no lo vas a lograr.
Rodéate de gente que te motive e inspire a seguir hacia aquello que quieres lograr, pero no olvides comprometerte con quién realmente tiene el poder de hacerlo: Tú 😉✨
Gracias por leerme.
Añadir comentario
Comentarios