A veces, las pequeñas cosas, puede parecer que no tienen mucha relevancia.
Creemos que si no hacemos cosas que tenga unos resultados visibles casi al momento, no van a generar un impacto notable.
Y, sin embargo, tenemos muestras de ello en todas partes.
Por ejemplo, regar cada día un poquito una semilla multiplica las posibilidades de que germine, eche raíces y acabé convertida en un frondoso árbol.
Si algo he aprendido estos últimos cuatro años es que una pequeña acción convertida en hábito puede cambiar radicalmente tu vida.
Cuando pretendemos desarrollarnos más como personas o profesionales es imprescindible adquirir más conocimientos y tendemos a pensar que "no voy a poder", que "no tengo tiempo", o que "a ver cuándo me pongo a ello, si eso ya mañana, que hoy me es imposible".
Y aquí es cuando los pequeños hábitos hacen su magia.
Llenar tu cerebro con nueva información útil para tu crecimiento personal es posible, por más tarea que tengas a lo largo del día.
Utiliza, por ejemplo, tus desplazamientos en coche para escuchar audiolibros o podcast con contenido de valor. O cuando hagas las tareas de la casa. O cuando toque jardinería o pasear al perro.
Puede que no estés al 100% prestando atención a lo que escuchas pero, créeme, la información irá calando en tu mente poco a poco.
Pruébate esta idea de "universidad ambulante" y, como si fuera una prenda de ropa, si te sienta bien, quédatela 😉✨
Gracias por leerme.
Añadir comentario
Comentarios